La llegada de cuatro investigadores en los últimos días ha servido para acelerar la máquina y abrir nuevas líneas de trabajo, sobre todo en los complejos de Ipi, Djari y Dagi. La aparición de nuestra encantadora compañera Salima Ikram nos trae siempre alegría, mucha chispa y ganas de trabajar a tope. Es de apreciar que una profesora con tanto bagaje, prestigio y compromisos sobre sus hombros tenga unos días para dedicárselos al trabajo en el MKTP, pero los materiales del depósito de momificación así lo merecen y ella está encantada de ofrecer sus conocimientos, trabajo y ganas para su estudio y futura publicación. Además, los estudiantes y doctorandos más jóvenes no se despegan de su lado para aprender todo lo posible sobre el proceso de momificación, las técnicas de embalsamamiento y prácticas rituales asociadas al mismo.

En los complejos mortuorios de Djari (TT 366) y Dagi (TT 103) la actividad ha aumentado en los últimos días, sobre todo con la llegada de los arquitectos Ernesto y Flavio, nuestra geóloga, Teresa, y las intensas sesiones de fotografías que hemos venido desarrollando en estos monumentos. Las tumbas del visir Dagi y del supervisor de palacio Djari no habían sido estudiadas de modo global desde que fueron descubiertas por Herbert Winlock, de ahí que sea tan importante documentar la edificación, decoración y restos de cada una de las mismas. Para el MKTP es un paso adelante contar con estos referentes en la necrópolis tebana, sobre todo porque con ellos estamos observando factores y elementos en las tumbas que nos hablan de la época inicial de Mentuhotep II y no tanto de principios de la Dinastía XII.
El cierre de la tumba de Henenu ha llegado. Tras casi tres semanas intensas de trabajo, dirigido por Kelly Accetta, la tumba de nuestro tesorero real Henenu debe cerrarse hasta la próxima campaña. La labor de Kelly ha sido mayúscula, sobre todo si tenemos en cuenta que parte de su equipo no pudo trabajar por temas de permisos y la otra mitad tenía programada marcharse antes de clausurar los trabajos en la TT 313. Nos consta que para Kelly ha sido duro llevar a cabo la supervisión de los diversos sectores de trabajo arqueológico en el patio de Henenu, llevar al día el análisis de los hallazgos encontrados y plantear hipótesis e interpretaciones al material encontrado cada día, pero ha demostrado ser una arqueóloga experimentada, sistemática y que sabe sacrificarse por el resto de los compañeros. El cierre de la tumba de Henenu ha supuesto el punto y final de su trabajo en esta campaña, pero no deja de asombrarnos el gran esfuerzo que ha realizado y lo prometedor de su trabajo y de los posibles resultados en los próximos meses.