Uno de los objetivos del proyecto MKTP es excavar varios de los complejos mortuorios en la zona de Deir el-Bahari y Asasif para incrementar la información obtenida sobre estos monumentos y el periodo en el que se construyeron. Las excavaciones de Henenu (TT 313) y de Ipi (TT 315) están sirviendo a tal propósito, incorporando nueva información que los excavadores anteriores no dejaron por escrito o no se plantearon. La información que se está obteniendo en los patios de las tumbas de estos oficiales está siendo de gran ayuda: patios con divisiones internas, tumbas subsidiarias, reutilización de espacios, depósitos de momificación vinculados a las tumbas, construcciones posteriores, muros perimetrales de diversos tipos y toda una serie de elementos arquitectónicos sin identificar e interpretar hasta ahora que necesitan explicación. Un análisis más profundo de las nuevas tumbas añadidas a la concesión, Djari (TT 366) y Dagi (TT 103), también servirá para recuperar una información importante sobre este periodo y la necrópolis del Reino Medio en Asasif.
La excavación en la tumba de Henenu (TT 313) ha continuado con toda normalidad, con tan sólo el hallazgo menor de un pequeño recipiente de Época Baja, probablemente como resultado de alguna práctica ritual. En la tumba de Ipi, una vez terminada la excavación y limpieza del depósito construido en la zona de la tumba de Meseh, hemos continuado centrados en la excavación y estudio del sector oeste, donde seguimos buscando ladera abajo el muro oeste del complejo. La definición del muro oeste, su construcción y sistema de cimentación, así como los detalles de las estructuras subsidiarias que pudieran existir apostadas contra esta pared nos son de gran interés para comprender esta zona del complejo.
En la tarde hemos continuado con el trabajo de estudio de los hallazgos y el análisis más específico de los materiales y la información obtenida a través de los mismos. En el almacén del equipo, en la tumba de Ipi, Kelly ha continuado fotografiando piezas mientras en otra zona de la tumba las jarras eran también fotografiadas. Ello indica la intensidad del trabajo, a veces en paralelo en la misma tumba. Mientras tanto, Raúl y nuestra reciente incorporación, la inspectora junior en prácticas Marwa Abdelhamid Dandaraui, seguían ordenando materiales procedentes de las excavaciones en el sector oeste de la tumba de Ipi. Por otro lado, Sebastian ha estado trabajando en una serie de tumbas del este que han sido incluidas en nuestra concesión y donde destaca un monumento muy prometedor: en el pasillo de entrada, la tumba “E1” presenta escombros hasta el techo y parece que no ha sido saqueada desde la antigüedad.

En el trabajo diario con los hallazgos surgen momentos interesantes en los que uno se encuentra con objetos que nos recuerdan antiguas representaciones, formas o incluso jeroglíficos. Hoy ha ocurrido uno de esos momentos cuando Raúl y el moudir discutían sobre la forma retorcida de una de las cuerdas aparecidas en el depósito de momificación y su parecido con el jeroglífico para la letra “h con punto”, H2 o /ha/ árabe. En una sesión de fotos en la tarde, nuestra fotógrafa terminaba una nueva toma de la base de una de las jarras del depósito cuando cayó en el parecido que podría tener con una luna llena.