Los complejos funerarios de Ipi y Henenu han bullido de actividad en el día de hoy. Los miembros del equipo han trabajado todos a una, dando lo mejor de sí mismos para tratar de recuperar el tiempo perdido y seguir avanzando en el conocimiento de las estructuras funerarias asignadas por las autoridades egipcias a nuestro proyecto.
La mañana se iniciaba temprano. Todos los miembros se reunían alrededor de la mesa para, tras un frugal desayuno, coger todo el equipo y partir en dos furgonetas hacia el yacimiento. Nada más llegar los diferentes equipos de trabajo se afanaban en sus tareas.
Dos de nuestros arqueólogos se dirigían hacia el sector este de nuestra concesión para iniciar el trabajo en esta nueva área que estamos seguros que nos aportará mucha información y gratas sorpresas. Su tarea hoy ha consistido en prospectar la zona y establecer la red de puntos con la estación total, como paso previo a las tareas de excavación.

En el complejo funerario del visir Ipi, Kei y Hazem continuaban con su estudio de las jarras halladas el pasado año en el depósito de momificación. Raúl sustituía a Mohamed haciéndose cargo de las labores arqueológicas, mientras Dina realizaba el procesamiento y registro de materiales. Por su parte, los antropólogos forenses han ido poco a poco desvelando la información guardada durante siglos en los cuerpos momificados de los antiguos egipcios y, a su lado, nuestra tecnóloga estudiaba con detenimiento las mazas de cantero que sirvieron para excavar en la roca los tan impresionantes monumentos.
Más al oeste, el tesorero real Henenu contemplaba, desde el reino de Osiris, como Kelly y Lisa van poco a poco restaurando su memoria, avanzando en la excavación del patio, que empieza a mostrar interesantes estructuras a la par de aportar más y más fragmentos de, lo que un día, constituyó la decoración de las paredes de la tumba.
Nos gusta pensar que, lejos de enojarse o maldecirnos, los grandes señores que erigieron estas tumbas nos contemplan bondadosos al observar cómo, paso a paso, vamos restaurando su memoria y, como un día hicieran sus sacerdotes funerarios, hacemos que se pronuncien sus nombres “entre aquellos que caminan sobre la tierra”.