El día de hoy ha sido muy complicado e intenso a la par que especial y lleno de pena por ver que termina un año más en Luxor. La mañana se iniciaba muy pronto con la llegada del equipo de la productora de televisión Windfall Films. Desayunar con un par de cámaras y un productor en la sala, a las 5:30 de la mañana y tras tres semanas de duro trabajo y mucho cansancio puede no ser lo más cómodo y apetecible, pero la productora nos pidió permiso para grabar al equipo desde el inicio de la mañana y así plantear al público en general cómo es la vida de un arqueólogo en Egipto en el día a día, de principio a fin. Es interesante pensar que nuestras comidas, descansos, sesiones de trabajo u objetivos del día no se distinguen mucho de los que puede tener cualquier otra persona cuando se levanta por la mañana y se dirige a su oficina o despacho, pero nuestro lugar de trabajo, los paisajes, el ambiente de una excavación arqueológica y los horarios tan exigentes hacen de nuestra labor una experiencia muy singular y distinta al final. Tras el desayuno, los cámaras y productores nos acompañaron al yacimiento y grabaron no sólo nuestra llegada al mismo sino también nuestra subida al complejo de Ipi y los preparativos de nuestro último día de excavación. Además, estuvieron filmando al moudir Antonio explicando varias momias aparecidas en el patio del complejo en las dos campañas anteriores.
En el sector oeste del patio de Ipi (TT 315) Mohamed ha continuado limpiando la zona de piedras y debris para dejarla con un aspecto definitivo y poder realizar a posteriori fotogrametría. Además, se ha ordenado sellar los accesos al depósito de momificación, a la tumba de Meseh y al depósito encontrado este año bajo la tumba, que probablemente funcionó como depósito de momificación del dueño original de ese monumento subsidiario, usado más tarde por Meseh. Mientras, en el interior de la tumba todo ha sido acción: fotografía de las últimas jarras y tapones, identificación de materiales recién llegados en espuertas, dibujo de materiales, recogida de nuestras herramientas, aparatos y objetos de trabajo para llevarlos al almacén, análisis de los “percutores” o mazas de cantero, examen epigráfico, etc. En cuanto a la tumba de Djari (TT 366), la estructura que se preparó para proteger el jardín funerario está ya instalada en su sitio. Ésta cumple dos requisitos básicos que nos parecían fundamentales para poder excavarla en el futuro: por un lado, la misma protege la estructura evitando que elementos como el agua, el viento o algún visitante puedan dañarla; por otro, el uso de un textil especial nos ha permitido proteger la estructura con un material poco pesado que permite mantener las condiciones de temperatura y humedad adecuadas para la contrucción de adobe sin dañar la superficie, la estructura o el patio.
Al final de la tarde hemos procedido a recoger casi todos los materiales de peso, una jaima así como las mesas y sillas del proyecto. Tan sólo hemos dejado una de las dos jaimas montadas para poder pasar unas horas mañana por la mañana preparando el traslado de los materiales a nuestro almacén y procediendo a pagar a los obreros. Esperamos que el día sea bueno, que los obreros queden satisfechos con su salario y propina y que podamos ofrecerles, si nos lo permite la tarde, algunos paquetes con ropas, juguetes, cuadernos, bolígrafos y otros detalles que les sean útiles a ellos y a sus familias en casa, el colegio o el trabajo. Además de trabajar codo con codo con los obreros de la localidad, hemos ido conociendo mejor sus caracteres, humor e historias personales, y en cierto modo forman parte de ese Egipto exótico, mágico y fascinante que echaremos de menos. Sus dificultades, sueños, deseos y aspiraciones se unen a las nuestras, por lo que mañana, además de ser el día de la paga será el día de decirnos “adiós”… pero solamente tras celebrar las tres grandes semanas de sacrificios, esfuerzos y logros que hemos conseguido todos a una.