Pese a haber rozado los 38º C, el día de hoy ha supuesto un respiro para el equipo, que ha podido disfrutar de la agradable brisa que corría atenuando el efecto implacable de los rayos del dios Ra, padre de los dioses.
Como cada mañana, nuestros conductores nos esperaban a la entrada del hotel dispuestos a trasladarnos a Deir el-Bahari, donde los templos funerarios de Hatshepshut y Mentuhotep II nos recibían imponentes. Desde los pies de la colina, los monumentos funerarios de los grandes señores de las Dinastías XI y XII se divisan en la lejanía, al final de la implacable pendiente de sus patios ceremoniales.
En el sector este avanzan las tareas de limpieza de la tumba E1, en la que pronto esperamos instalar una puerta de seguridad. Al equipo de esta zona se han unido nuestros arquitectos Ernesto Echeverría y Flavio Celis, quienes han esbozado los planos preliminares, y nuestra geóloga Teresa Bardají, que ha dedicado la mañana a analizar la estructura geológica de la montaña tebana. En el sector central, Kei y Hazem se afanan en su trabajo con las jarras del depósito de momificación. A la par, la documentación fotográfica de las mismas avanza a buen ritmo en el estudio habilitado en la capilla cultual de Ipi. Mientras, en el corte, las tareas arqueológicas progresan bajo la supervisión de Mohamed Osman.
En Henenu las estructuras que han aparecido en el patio son cada vez más prometedoras, aunque aún difíciles de interpretar. Para no perder ninguna información, Kelly Accetta realiza una exhaustiva documentación del proceso arqueológico, a la vez que los materiales son registrados y analizados con cautela.

Esperamos que Sia, la divinidad que personifica la intuición y la capacidad de tomar las decisiones adecuadas para el futuro, inspire nuestros pasos para que el día de mañana sea tan fructífero como el de hoy.