El día de hoy ha supuesto un gran paso adelante en los trabajos de la concesión del MKTP. No sólo han seguido adelante los trabajos en las tumbas de Henenu (TT 313) e Ipi (TT 315) sino que también se han iniciado las tareas de colocación de una puerta de seguridad en la nueva tumba del sector este –por ahora denominada E1– y la limpieza, estudio y protección del patio y parte interior de la tumba de Djari (TT 366). Todos estos trabajos suponen la organización de un conjunto de especialistas y trabajadores distribuidos en cuatro equipos por varias zonas de Deir el-Bahari y Asasif, lo que nos convierte en una de las misiones con más frentes abiertos a la vez aquí en Luxor. Esperemos que esta estrategia, que pretende obtener información en diversas necrópolis tebanas del Reino Medio, nos permita abarcar con criterio y sentido y, como dice el dicho, “apretar” lo suficiente a su vez.
En la zona de Ipi la excavación del sector oeste sigue su curso, con una clara intención de recuperar la mayor cantidad de datos posible sobre la construcción del muro de este lado del complejo. En la zona media del patio de nuevo aparece “gebel” o roca madre, lo que indica que estamos en el momento de discernir si alguna estructura artificial fue construida en la zona media. Mientras, en la zona del este nuestro arqueólogo responsable continúa preparando el acceso a la tumba E1, no sólo limpiando sus alrededores sino preparando el pasillo de entrada para poder colocar una puerta metálica que asegure los futuros trabajos. En la tumba de Henenu, finalmente, Kelly ha iniciado la excavación de la cuadrícula en la parte oriental del patio medio, donde la presencia de una serie de adobes permite suponer la identificación de alguna estructura subsidiaria construida en la zona. Nuestra llegada a la tumba de Djari (TT 366) se ha producido de modo escalonado con la intención de preparar el terreno para futuros trabajos: los arquitectos han realizado los primeros sketches y planos de la tumba, se ha preparado la instalación eléctrica en la misma, los conservadores y arquitectos han examinado las condiciones del patio de Djari y ya preparamos ideas para poder proteger –a la vez que no modificar sus condiciones, ya muy deterioradas– el montículo de adobe que, a día de hoy, aparenta el jardín funerario localizado en la entrada de la tumba. En los próximos días seguiremos con otras actividades en la tumba, sobre todo fotografía, fotogrametría, planimetría, conservación de pinturas, estudio de los dos estratos geológicos principales en la tumba (piedra tafla y caliza tarawan), etc. En los próximos días terminaremos también los trabajos en la tumba de Dagi (TT 103), donde también queremos trabajar para su documentación, estudio y publicación.
La incorporación de la tumba de Djari (TT 366) –un monumento de finales de la Dinastía XI– a nuestra concesión ha supuesto un paso importante en nuestras investigaciones; con el estudio de esta tumba, junto a la de Dagi, desplazamos parte de nuestro foco de atención a la planicie de Asasif, donde se enterraron oficiales de menor rango que los dueños de las tumbas en la ladera norte de Deir el-Bahari (entre otros, “nuestros” Henenu e Ipi). Es de interés mencionar que la tumba de Djari cuenta con un jardín funerario en su patio, ante la entrada al monumento. Este tipo de jardines constituían estructuras muy singulares con una función religiosa muy significativa y de las que nos han llegado muy pocos ejemplos. Hace tan sólo un año y medio, la misión española dirigida por el Dr. José Manuel Galán, bajo los auspicios del CSIC, desenterró una de estas estructuras en el patio de Djehuty, supervisor de los trabajos y jefe del tesoro, Djehuty, un alto oficial que sirvió a Hatshepsut a mediados de la Dinastía XVIII.
