El viernes 10 de diciembre se cumplió el sueño de muchos miembros del equipo. Después de varias campañas intentándolo, por fin hemos podido hacer una escapada de dos días a Abidos.
Se trata de un viaje de más de cuatro horas en autobús que hicimos a través de la ruta del desierto. Esta ruta nos permitió contemplar la belleza del desierto egipcio, muy distinto al que estamos acostumbrados a ver en la necrópolis tebana.

Como es un viaje tan largo, decidimos aprovechar el día parando en la necrópolis de El-Hawawish. Es una necrópolis bastante desconocida para la mayoría, localizada en la ciudad de Akhmim y cuyas tumbas están ocupadas por miembros de la élite de la quinta y la sexta dinastía. Raúl estudió estas tumbas para su tesis doctoral por lo que tuvimos la suerte de contar con las explicaciones de todo un experto en la materia. Todos le escuchamos encantados hablar sobre los rituales funerarios que tenían lugar en el Reino Antiguo y sus participantes.

También aprovechamos para hacer una rápida visita al templo de Meritamón, la hija-esposa de Ramsés II, donde disfrutamos de las colosales estatuas de ambos.
De Akhmim fuimos hasta Sohag. Allí cenamos en un riquísimo restaurante sirio y pasamos la noche, entre juegos de cartas y canciones. No trasnochamos mucho porque por la mañana nos esperaba Abidos.
Abidos se encuentra a unos 91 kilómetros al noroeste de Luxor, en la actual ciudad de El Araba y es un yacimiento cuyos restos arqueológicos se extienden alrededor de 8 kilómetros cuadrados. Durante cuatro milenios Abidos vivió desde el enterramiento de los primeros reyes egipcios hasta la construcción de grandes templos, convirtiéndose por el camino en uno de los centros religiosos más importantes del país, con Osiris como dios principal.

Uno de los proyectos que excava allí es el dirigido por el estadounidense Josef W. Wegner. Es una expedición conjunta de la Universidad de Pennsylvania, la Universidad de Yale y el Institute de Fine Arts de la Universidad de Nueva York que lleva trabajando en el lugar desde los años 90. Su campaña de 2021 acababea de empezar hacia unas semanas, así que tuvimos el inmenso honor de recibir una visita guiada por el yacimiento.
Wegner empezó enseñándonos las excavaciones que estaban teniendo lugar en la zona sur. Tuvimos también la suerte de contar con Nicholas Picardo (Universidad de Harvard) que nos mostró parte del asentamiento de Wah-Sut que se está excavando en estos momentos.

Luego fuimos hasta la tumba de Sesostris III. Se trata de un inmenso complejo, a más de cincuenta metros bajo tierra, lleno de pasadizos e impresionantes cámaras. Vimos el sarcófago y el cofre canópico, y las zonas internas que Wegner piensa excavar próximamente. Fue toda una experiencia y para muchos el lugar más espectacular que habían visto nunca.

Después nos despedimos de Wegner y visitamos el templo de Ramsés II, el Osireion y el templo de Seti I. Este último, es uno de los complejos culturales más impresionantes del antiguo Egipto y pasamos al menos un par de horas visitando cada capilla y cada recoveco, ¡sin olvidar por supuesto la lista real de Abidos!
El viaje acabó con una visita a Shunet el-Zebib. Se trata de un inmenso complejo de adobes que data de la segunda dinastía, del reinado de Khasekhemuy, cuya función es todavía discutida en la Egiptología.

Desde el wadi procesional de Abidos nos marchamos ya de vuelta a casa. Como era el cumpleaños de Sergio el viaje se convirtió en toda una fiesta, con cánticos y hasta intentos de danza del vientre. Esto no paró al llegar al Marsam porque, como siempre, los camareros nos esperaban con tarta y sus ya míticas canciones de cumpleaños feliz.
Quizás mañana nos cueste un poco más ir al yacimiento, pero desde luego ha merecido la pena. Sin duda alguna ha sido una de las mejores experiencias de esta campaña.