Entre otras novedades, la limpieza del patio de la tumba TT 366 ha revelado este año la existencia de una estructura subsidiaria, seguramente dedicada a un dependiente de Djari, y un pozo –con materiales variopintos con dataciones desde la Dinastía XI hasta época bizantina– que se construyó en la sección norte del pasillo transversal del monumento. Estas novedades exigen un trabajo de análisis profundo, a veces muy duro físicamente (sobre todo para nuestros trabajadores) y toda la atención de cada uno de los miembros del equipo.

Sin embargo, también requieren que ciertas tareas se hagan con buena mano, ojo clínico y un cuidado en la selección de los materiales. Ese ha sido nuestro caso hoy con el trabajo de los obreros que limpiaban el interior de la tumba TT 366A, cuyos restos han sido cribados en su totalidad. Esta misma acción se ha llevado a cabo con la limpieza de una estructura de adobes semi-circular pegada al pilar F (ya observada por Winlock en su momento e incluida en el plano que generó su excavación en el complejo), que creemos que podría tratarse –como ocurre con su correspondiente pareja, que limpiaremos cuando lleguemos al sector sur del complejo– de algún tipo de instalación para un árbol (acacia, sicomoro); esta interpretación plantearía la posibilidad de que dos plantas decorasen el acceso a la tumba justamente frente al jardín funerario (que esperamos poder limpiar en un futuro próximo).

Tanto en el caso de la estructura subsidiaria como en el caso de este espacio particular en la fachada de la tumba, el cribado permite recoger materiales como improntas de sellos, restos de ataúdes, semillas, huesos o frutos que constituyen una evidencia primordial en la documentación de la limpieza de la tumba de Djari.

Por otro lado, en la tumba de Dagi (TT 103) se ha continuado con la limpieza del espacio del pasillo transversal que –según los propios excavadores iniciales, Winlock y Crum– correspondía a una sala de recepción en el pequeño monasterio de San Epifanio y donde, anteriormente, podría haber existido un área dedicada a la producción textil. Obviamente, como veíamos ayer, la acumulación de capas de ocupación nos permite no solo atestiguar su reutilización a lo largo de los siglos sino incluso los cambios que en un mismo periodo sufren ciertos monumentos, salas o espacios. Además, el equipo de arqueólogos ha estado “lanzando puntos” para continuar con la documentación de las diversas unidades, estratos, contextos y espacios de modo que podamos regresar con un cúmulo de datos que ayuden a continuar con nuestras investigaciones.

Nuestros restauradores Ella, Jaume y Lily se han embarcado hoy en el análisis técnico de las pinturas preservadas en la tumba de Dagi, así como en algunos fragmentos de la misma procedencia. Para ello han usado un Dinolite que les ha permitido examinar las superficies y pigmentos con una calidad inusual, lo que además ha servido para fotografiar y con ello recopilar detalles de las zonas examinadas. El examen con esta sofisticada herramienta permite la observación con un rango de magnificación de 20 a 250x, dependiendo de la distancia de trabajo. La simple rotación del dial de la máquina permite hacer zoom, lo que facilita el trabajo con las superficies, incluyendo la preparación de las capas y los pigmentos; es de especial interés la mezcla que hicieron los artesanos de diversos pigmentos para conseguir nuevos colores. Los resultados obtenidos servirán para comprender las técnicas de pintura mural en el Reino Medio. En el futuro se podrán comparar los resultados de la tumba de Dagi con los de otras tumbas del mismo periodo, lo que servirá para convertir el misterio de las técnicas artesanales de este periodo en una serie de respuestas científicas bien informadas.