La excavación del pozo ha evolucionado bastante bien a lo largo de los dos días en los que hemos trabajado en su interior. Hemos aprovechado que Sergio se marcha de vuelta a España mañana por la mañana para realizar una última fotogrametría del estado actual del pozo y, seguramente, Jesús tenga que llevar la estación total al interior una vez despejemos el acceso a la cámara para realizar una planimetría adecuada.

El hecho de que el pozo tuviera varios bloques de gran tamaño pertenecientes a algún sarcófago hizo que avanzáramos bastante bien el pasado viernes. De hecho, la profundidad alcanzada empezaba a dificultar esta mañana nuestro trabajo, por lo que el propio rais Alí dio las directrices necesarias para que se montase un sistema de izaje con tres vigas de madera y una polea. No habían pasado ni cinco minutos cuando el propio rais penduleaba de la misma calculando cómo bajar sin dañar los restos que pudieran encontrarse abajo en el pozo. Una vez comprobada la instalación, Antonio bajó junto al satisfecho Abu Saidi para ver la cámara –saqueada– que se abría paso al final del pozo… Incluso sin haberse terminado de limpiar el fondo del mismo, Antonio ya pudo adentrarse dentro de la cámara y observar los restos acumulados: fragmentos de ataúd, conos funerarios, bloques de algún sarcófago del que se debieron deshacerse en la antigüedad, restos de maquetas de barcos y oferentes del Reino Medio, partes de una estatua de caliza pintada en rojo y, desafortunadamente, papel de periódico, paquetes de cigarrillos o cajitas de cerillas. Es aún pronto para ofrecer una interpretación coherente, pero el enterramiento podría datar del Reino Nuevo, cuyo dueño podría haber aprovechado restos cercanos para crear su “lugar de eternidad”.

En cuanto al trabajo en Dagi, Raúl ha continuado con la cuidadosa documentación del sector donde se hallaron restos de la producción de argamasa; esperamos producir un molde con las trazas del pie y de los dedos que aparecen aún en superficie en cuanto los restauradores encuentren un segundo de descanso.

Por otro lado, hoy Carmen y Jaime abandonaron su puesto en esta parte de la concesión y se marcharon a la tumba de Ipi, donde ambos han iniciado la selección de los materiales especiales y del depósito de momificación que deben ser enviados al Carter Magazine y el Museo de Luxor. Los objetos para la momificación del visir serán enviados a Luxor de modo que, una vez llegue la réplica del depósito que estamos produciendo en España, constituyan la exposición que hemos venido diseñando con la ayuda del director del Museo de Luxor, Dr. Aláa, y que verá la luz muy pronto.

En lo que respecta a los trabajos de conservación, Ella, Jaume y Lily han estado trabajando duro con la recuperación de docenas de fragmentos que aparecieron entre las arenas finas del suelo del complejo de Dagi. La presencia de otros materiales mezclados con los fragmentos de las pinturas –como restos de animales muertos o una bombilla de los años 60– sugiere que numerosas personas han tenido acceso a estos materiales. Cuando se sacan los fragmentos, todos los esfuerzos del equipo de conservación van dirigidos a la limpieza, consolidación, asesoramiento y documentación sobre los fragmentos. Éstos, cubiertos de capas de polvo y suciedad acumulada durante miles de años, requieren una limpieza meticulosa que saca a la luz una iconografía de gran impacto por sus colores y formas y textos de gran interés para el especialista. Además, algunos fragmentos necesitan de consolidación para estabilizar los frágiles bordes, lo que implica usar tiras adhesivas. Estos pasos esenciales en la conservación aseguran que las fotógrafas del equipo puedan capturar los detalles más interesantes para su futuro estudio y publicación.

En las tumbas de Djari y Dagi, además, Reed y Olivia han continuado aplicando la nueva fórmula de emergencia para el mortero en las zonas que más lo necesitan. Estas intervenciones son cruciales para allanar el camino al equipo de conservación y que se puedan desarrollar las estrategias y planes de futuro para estos dos monumentos. Con su conocimiento y atención, el equipo de conservación contribuirá a la preservación y continuación de los estudios de estas pinturas remarcables y estos tesoros de la arquitectura local tebana.