Este martes ha sido un día agotador por la gran cantidad de frentes abiertos a la vez y las constantes sorpresas que han ido surgiendo. La arqueología tiene algo de misterioso, improvisación e investigación… y la aparición de nuevas estructuras demandan nuevas respuestas y tareas. Al final de la campaña, el modo en el que uno se haya adaptado a las novedades, sorpresas y cambios asegura el haber conseguido resolver los problemas y completar las tareas dispuestas desde el principio.

En la tumba de Djari se ha avanzado –ya con los permisos pertinentes para abrir la estructura– en la búsqueda del gebel y con ello el nivel más bajo de la puerta de acceso a la tumba subsidiaria que deseamos superar. Aún necesitaremos unos días para retirar tanto escombro (procedente de otras tumbas de alrededor) y poder romper el sellado de cemento impuesto por las autoridades en 1995 (según la inscripción). Por otro lado, las tareas de limpieza del pasillo transversal continúan con un buen ritmo, lo que ha permitido poder documentar el gebel y concentrarnos en la acumulación de adobes –un tanto inesperada– en la zona debajo de uno de los nichos para estela de Djari.

En el caso de Dagi, el trabajo se ha concentrado en la limpieza del interior para realizar documentación con fotogrametría. Aquí se ha detectado un pozo que no fue localizado por Davies en sus excavaciones y estudio de la tumba del “visir Daga” y requiere consolidación de las pinturas de alrededor antes de empezar a excavarse. Seguramente tengamos que proceder a ello en la siguiente campaña.

Mientras, en la tumba de Ipi, nuestro experto en piedra, Miguel Ángel, ha continuado con el estudio del diseño de la sala, el sarcófago y la caja de canopos, ofreciéndonos interesantes interpretaciones sobre la disposición del sarcófago y la preparación de la sala.

Por otro lado, en relación a la restauración y la fotografía, hemos recibido una buena noticia: podemos usar un almacén cercano para guardar los materiales que se estaban acumulando y que difícilmente podíamos guardar adecuadamente.

A ello hay que añadir que el equipo de restauración ha estado trabajando en la consolidación de las diversas pinturas en Dagi mientras que en el complejo de Djari el uso de las argamasas está funcionando plenamente. En un par de días, además, procederemos a retirar los paneles de uno de los muros cubiertos de la tumba de Djari, un evento importante en sí mismo al no haberse comprobado el estado de las pinturas tras los paneles desde hace casi un siglo.
