Una de las características más habituales de los monumentos egipcios suele ser su capacidad para afrontar el paso del tiempo ofreciendo constantemente espacios superpuestos de reutilización. Un ejemplo bien conocido es el famoso templo de Luxor, cuya dedicación al dios “Amón del Ipet” termina desvaneciéndose hasta que se transforma en una fortaleza de legionarios romanos en el s. II d.n.e. y más tarde –en el periodo del Califato Fatimí (909-1171 d.n.e.)– se convierte en una mezquita dedicada al sheikh (i.e., santón) Yussuf Al-Haggag, un personaje local del que se dice que fue el primero en introducir el islam en Luxor. Esta superposición de sociedades, culturas y materiales plantea para historiadores, filólogos y arqueólogos un puzzle ciertamente enrevesado, aunque la búsqueda de “lo histórico” detrás de cada estrato material o episodio social es uno de los grandes estímulos de la investigación. Seguramente ese afán es el que nos ha traído hasta aquí a cada uno de nosotros…

En el complejo de Djari hoy sábado las cosas no podían empezar de mejor manera. El rincón sur del patio ha mostrado la parte baja del acceso sellado (en época moderna: 23/12/1995), encontrado la semana pasada, que esperamos poder abrir pronto. Según los planos realizados por otros investigadores, ese sector incluía una estructura subsidiaria (¿quizás una tumba de una persona dependiente de Djari?) con pasillo y pequeña sala; necesitaremos examinar esta estructura, documentarla en detalle y añadirla a las planimetrías que estamos preparando.

José Alba y Laura se encargarán de la limpieza de este sector y la documentación de este espacio subsidiario. También serán los responsables de continuar con el pasillo transversal donde varios ladrillos nos han ido apareciendo y podrían estar marcando algún tipo de espacio reutilizado en esta parte de la tumba.

Por otro lado, en la tumba de Dagi, Raúl, Carmen y Jaime continúan a toda máquina con la documentación y estudio de los espacios entre pilares. Si el jueves dejaron la limpieza del suelo entre los pilares 2 y 3 bastante avanzada, hoy terminaban de rematar la faena con el hallazgo de ladrillos de adobe y un enlucido que nos plantea algunas cuestiones sobre el modo en el que los monjes coptos del monasterio de San Epifanio remodelaron varios espacios para su adecuación a las actividades de producción, explotación y recogimiento que caracterizaba sus vidas en este lugar.

Esta mañana se han unido al equipo de conservación los inspectores de restauración de esta campaña, Karima y Ahmed. Trabajan en Jefatura de Restauración supervisando a los inspectores conservadores de la zona. Ambos nos visitaron la semana pasada para discutir los planes para el tratamiento de las pinturas murales y hoy han estado ayudando al equipo a la hora de refinar el compuerto para reparar morteros. Usando la mezcla que se compuso el pasado jueves, el equipo comenzó introduciendo pequeñas variaciones a la composición para identificar las propiedades ideales, incluyendo la resistencia y el color de la argamasa.

Ahmed y Karima tienen mucha experiencia trabajando con materiales locales y han sido imprescindibles en este proceso. Ambos propusieron un modo particular de añadir paja a la argamasa y cuando el equipo intentaba encontrar el mejor modo de conseguir el color deseado, Ahmed se marchó a otro lugar de la montaña para conseguir hiba de un tipo diferente. Esta hiba presenta un color más cálido y una textura más fina, lo que ayudará a la combinación con el mortero de las paredes. El objetivo de mañana es incorporar nueva hiba en la mezcla que ya se ha producido. Con cada test, el equipo aprende más y más sobre estos materiales locales y su incalculable valor en la restauración de los monumentos de la zona.