“La escena del arado” de la tumba de Djari y las intenciones del artista

Por Iria Souto Castro

La tumba de Djari y la localización de la escena

La tumba de Djari (TT366, MMA820) en la necrópolis tebana, localizada al borde de la planicie de el-Asasif (Roehrig 1995, 262) fue descubierta durante la campaña de excavación de 1929-1930, llevada a cabo por la expedición del Museo Metropolitano de Arte liderada por Winlock (1942). La tumba generalmente se data a finales del reino de Nebhepetre Mentuhotep (II). Se limpió y trabajó en la siguiente campaña arqueológica de 1930-1931, pero aparentemente, Winlock no estudió en detalle esta tumba y, de hecho, sus descripciones muestran cierta aversión por las decoraciones que siguen un estilo poco elaborado y “provincial” (Winlock 1942, 204).

A pesar de la falta de descripciones sobre la tumba de Djari, Catharine Roehrig (1995, 263) enfatiza una característica importante de esta tumba: ‘it has more of its decoration preserved in situ than any other Theban tomb of the period’. De hecho, Roehrig proporciona detalles de la localización de las escenas pertenecientes al patio de acceso, al corredor interior y a aquellas que decoran los ataúdes encontrados en el área meridional del patio. También incluye correcciones en la localización siguiendo la información de Porter y Moss (Roehrig 1995, 268-269).

El objeto de análisis en este estudio trata de la escena del  ‘arado del ganado’ (cattle ploughing) que puede compararse con una escena similar (‘arrastre del ataúd’) en el muro oeste de la fachada de Djari (Roehrig 1995, 267, fig. 6a). La escena del ‘arado del ganado’ se localiza en el pilar B en la entrada a la tumba desde el patio (véase fig. 1); Roehrig la describe como ‘ploughing’ (1995, 269).  

Fig. 1: Plano de la tumba de Djari con la localización de la escena de ganado (modificado a partir de Roehrig 1995, 264, fig. 3)

Análisis e interpretación iconográfica de la escena

Cuando se trata de analizar la pintura mural antigua egipcia hay una serie de técnicas y conceptos que es necesario destacar. Para comenzar, cuando se concebía una escena que se deseaba representar, ‘líneas proporcionales y cuadrículas se empleaban para construir las figuras y planificar las composiciones’ (Robins 1976, 249; Hartwig 2016, 28), dibujándolas en color rojo sobre la superficie mural. Cada objeto representado se perfilaba resaltando su contorno y sus líneas. De hecho, la línea es una de las principales características de la pintura egipcia. Dentro del contorno preliminar, la pintura se aplicaba en bloques sólidos, mezclados o capas semi-transparentes con bases de varios colores. Estos pigmentos tenían también un significado simbólico (Hartwig 2016, 28); por ejemplo, en función del contexto y período, los colores ocres como el amarillo y el rojo podían adquirir connotaciones relacionadas con aspectos solares (Kees 1943, 446-449).

El canon de proporciones empleado en las cuadrículas varía según el período y la región en la que el artista aplicaba sus conocimientos. Así, el arte pictórico del Reino Medio (en este caso la XI dinastía), el área tebana parece beber de las convenciones artísticas del Primer Período Intermedio. En el caso de la tumba de Djari, en las figs. 2 y 3 de este artículo pueden apreciarse unas proporciones mucho más alargadas empleadas en las escenas que representan producción de bienes o comida, que Roehrig (1995, 265) denomina escenas con un estilo ‘much freer’, en contraposición con las escenas ‘ceremoniales’ que pueden encontrarse en la tumba de Djari. Este estilo que Winlock (1942, 204) denomina ‘provincial’ habría permitido al artista expresarse de un modo más ‘informal’ alejado del arte convencional de la corte (Roehrig 1995, 265).

Por otra parte, centrándonos en la escena a analizar y su problemática a la hora de interpretarla,  nos encontramos ante una representación pictórica del ganado guiado por dos figuras masculinas que aran la tierra. Esta escena se localiza en un registro inferior del segundo pilar localizado en el este del patio de acceso a la tumba (fig. 1). Según Winlock (1942, 204), el dibujante confundió ‘ridículamente’ las 8 patas de ambos animales representados. Sin embargo, un análisis más detallado proporcionado por Roehrig (1995, 265) muestra que tal ‘confusión’ es producto del ojo humano y del espectador occidental, ya que la línea perfilada de la vaca coloreada con pigmentos blanco y negro de su parte trasera no se habría conservado, así como la línea de las patas delanteras.           

Roehrig sugiere una reconstrucción de ambos animales (fig. 3) que probaría que, en efecto, el dibujante no se habría confundido de un modo incompetente, sino que incluso habría ‘innovado’ en la escena, ya que si se compara ésta con otra de las representadas en la tumba de Djari (fig. 4), se puede apreciar que el artista intentó representar la idea de profundidad y perspectiva evitando el solapamiento tradicional de las figuras. El dibujante representó las partes trasera y delantera de la vaca pintada de negro de manera visible y más alargada, de modo que resultase observable para el espectador (fig. 5).

Fig. 2: Escena de arado de la tumba de Djari (Wilkinson & Hill 1983, 68, fig. 31.6.2)
Fig. 3: Detalle de la reconstrucción de ambas vacas (Roehrig 1995, 267, fig. 6c)
Fig. 4: Escena del arrastre del ataúd de Djari (Roehrig 1995, 267, fig. 6a)
Fig. 5: Vacas de la escena de ganado de Djari (Roehrig 1995, 267, fig. 6c)

Paralelos

El programa decorativo en tumbas de oficiales presenta cierto desarrollo a lo largo de los siglos y está caracterizado por transformaciones continuas. En este contexto, la XI dinastía jugó un papel importante, pues la descentralización del territorio egipcio durante el Primer Período Intermedio llevó a la diversificación en el programa decorativo a nivel regional, así como al desarrollo de estilos locales (Hudáková 2016, 47).

Escenas similares a las de la tumba de Djari, con ese estilo ‘más libre’ que describe Roehrig, pueden encontrarse en la tumba de Iti en Gebelein (también de la XI dinastía) o en la Ankhtifi  (del Primer Período Intermedio) en Mo‛alla (Roehrig 1995, 265). Estos dos ejemplos podrían encasillarse en un estilo característico del Alto Egipto durante el Primer Período Intermedio, denominado Intermediate style (Hudáková 2016, 48). Dicho estilo se caracterizaría por representar figuras humanas desproporcionadas con cuerpos alargados y cabezas de menor tamaño; uso limitado en la paleta de colores y un perfilado ‘torpe’ de las figuras (Smith 1949, 229; Hudáková 2016, 48). Sin embargo, a pesar de las similitudes entre la tumba de Djari y las escenas de las tumbas de Iti y Ankhtifi, la peculiar ‘innovación’ introducida en la escena de arado en la tumba de Djari, así como en la del arrastre de su ataúd, no se atestigua en otras tumbas de Tebas, ni en Gebelein o Mo‛alla (Roehrig 1995, 268).

Conclusiones: las intenciones del artista, ¿innovación versus tradición?

Tal y como concluye Roehrig (1995, 268), una plausible explicación para el uso de la peculiar técnica que aplica el artista en esta escena, podría ser que el dibujante buscó ‘experimentar’ en la tumba de Djari con un estilo ‘libre’ pero que combinase la tradición del Primer Período Intermedio con nuevas formas de composición y de representación. Esto se habría debido a la lejanía de este estilo regional con respecto al arte ‘oficial’ de la corte. De hecho, otras escenas de estilo similar en la tumba de Djari, como por ejemplo, la de los dos hombres atando a un toro (Roehrig 1995, 266, fig. 5) representan este ‘estilo intermedio’ que aporta cierto toque ‘cómico’ en ocasiones (Winlock 1942, 204) a la interpretación de las escenas. Roehrig (1995, 268) apunta además que las escenas del arrastre del ataúd en el muro oeste (fig. 4) y de la entrada de la tumba (fig. 5) habrían sido realizadas por diferentes artistas, lo cual da lugar a debatir si más de un artista tebano habría adoptado esta convención artística. Sea como fuere, estas escenas muestran las peculiaridades que resultaban quizás del resultado de la experimentación en un arte de transición que pretendía combinar convenciones tradicionales del arte egipcio con ciertas innovaciones, dependiendo de factores como la región de procedencia o formación de los artistas y el peso de la influencia del arte ‘oficial’ en las mismas. 

Bibliografía

Hartwig, M. 2016. “Method in ancient Egyptian Painting”, en V. Angenot and F. Tiraditti (eds.) Artists and Painting in ancient Egypt, Proceedings of the colloquium held in Montepulciano, August 22nd – 24th, 2008. Montepulciano: Studi Poliziani di Eggitologia 1, pp. 28-56.

Hudáková, L. 2016. “Dying and mourning between the Old and middle Kingdoms. Some peculiar scenes from Thebes, el-Moalla and Gebelein”, en L. Hudáková, P. Jánosi and A. Kahlbacher (eds.), Change and Innovation in Middle Kingdom Art, MKS 4. London: GHP, pp. 47-63.

Kees, H. 1943. “Farbensymbolik in Ägyptischen religiösenTexten. Nachrichten von der Akademie der Wissenschaften”, en Göttingenphilologisch-historische Klasse 11, pp. 413-479. 

Robins, G. 1976. Proportions and style in ancient Egyptian Art. Austin: University of Texas Press.

Roehrig, C. 1995. “The Early Middle Kingdom Cemeteries at Thebes and the Tomb of Djari”, in J. Assmann et alii (eds.), Thebanische Beamtennekropolen, SAGA 12, Heidelberg, pp. 255-269.

Smith , W.S. 1949. A History of Egyptian Sculpture and Painting in the Old Kingdom. Oxford: Oxford University Press.

Wilkinson, C.K. & Hill, M. 1983. Egyptian Wall Paintings. The Metropolitan Museum of Art’s Collection of Facsimiles. The Metropolitan Museum of Art, New York.

Winlock, H. E. 1942. Excavations at Deir el-Bahari: 1911-1931. New York: The McMillan Company.

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The Middle Kingdom Theban Project aims at the excavation, study, and publication of several tombs in the Middle Kingdom necropolis of Deir el-Bahari (Henenu, Ipi, Neferhotep, E1), as well as of the tombs of Dagi (TT 103) and Djari (TT 366) in the necropolis of Asasif.

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The funerary chamber of Harhotep (CG 28023) was unearthed in the upper courtyard of the tomb TT 314, and it constituted one of the most interesting examples from the site in terms of architecture, iconography, and epigraphy.
 
In the plain of Asasif, the tombs of Dagi (TT 103) and Djari (TT 366) also represent special monuments built to the memory of some Theban high officials from the reign of Mentuhotep II who contributed to the construction of the new country.

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